“Permanece en mí y yo en ti” (Palabra interior).
Permanecer significa detenerse y no continuar inmediatamente a una siguiente actividad. También podríamos hablar de “disfrutar”. En las cosas terrenales no podemos detenernos. Si lo hiciéramos, les daríamos una importancia que no les corresponde y nosotros mismos tampoco obtendríamos ningún verdadero beneficio, pues nuestra alma no se llenaría de aquello que en lo profundo anhela.