“Mi corazón te pertenece y tu corazón me pertenece” (Palabra interior).
¡A tal punto nuestro Padre quiere estar unido a nosotros! No olvidemos nunca que la relación de amor entre Dios y los hombres es una historia de amor. El Señor quiere que el carácter de esta relación que Él procura tener con sus hijos corresponda a las palabras citadas: “Mi corazón te pertenece y tu corazón me pertenece”.