“¿Cómo podré abandonarte, Efraín? ¿Cómo podré entregarte, Israel? ¿Cómo podré Yo hacerte como a Admá? ¿Cómo podré tratarte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de Mí, se enciende toda Mi compasión.” (Os 11,8).
¡Si tan sólo pudiésemos conocer mejor el Corazón de nuestro Padre! Entonces empezaría a derretirse la capa de hielo que rodea nuestro corazón, de modo que su amor podría penetrar en él, transformándonos y haciéndonos capaces de amar como Él.