Conforme al relato de los evangelios, estando Jesús en el Monte Tabor con Pedro, Santiago y Juan, se transfiguró delante de ellos. Entonces salió de una nube la voz del Padre que les decía:
“Éste es mi hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.” (Mt 17,5b)
Al oír la voz del Padre, los discípulos se llenaron de miedo y el Señor tuvo que levantarlos diciéndoles: “No tengáis miedo” (Mt 17,7).