Queridos oyentes de nuestras meditaciones diarias,
Hoy quisiera salir del marco en que solemos realizar estas reflexiones, para contarles algo sobre la misión en México y en EE.UU. que acabamos de concluir. Sabemos que muchas personas oran por nosotros, y nos acompañan así activamente en nuestro camino. ¡Estamos muy agradecidos por eso! Es enormemente valioso saber que hay personas que apoyan nuestra misión. Por eso, queremos también mantenerles al tanto.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
“¡Que se movilicen y suban las naciones al Valle de Josafat! Pues allí me sentaré yo para juzgar a todos los pueblos vecinos. Meted la hoz, porque la mies está madura; venid a pisar, que el lagar está lleno y las tinajas rebosan: tantos son sus delitos.” ¡Multitudes y multitudes en el Valle de la Decisión! Porque está cerca el Día de Yahvé en el Valle de la Decisión. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo. Yahvé ruge desde Sión, desde Jerusalén alza su voz: ¡el cielo y la tierra se estremecen!