“NADIE PUEDE ARREBATARLAS DE LA MANO DEL PADRE”

“Mi Padre, que me las dio [las ovejas], es mayor que todos; y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre” (Jn 10,29).

En las manos de nuestro Salvador, en las que el Padre nos ha colocado, podemos atravesar seguros el tiempo de nuestra vida terrena y enfrentar de forma correcta los peligros que se nos presentan en el camino. Éstos nunca podrán adquirir poder sobre nosotros, por más amenazadores que parezcan. Pensemos en la victoria del Señor en la Cruz: los poderes de las tinieblas creían haber triunfado; pero en realidad fue la hora de su derrota.

leer más