INCLUSO EL PECADO PUEDE ACERCARNOS AL PADRE

“Hijo mío, incluso el pecado puede convertirse en un peldaño que nos acerca a Dios, que nos eleva, que nos conduce aún con más seguridad hacia Él, siempre y cuando al pecado le siga el profundo dolor de haberlo cometido, cuando nos proponemos sinceramente no repetirlo, cuando sentimos lo mal que hemos actuado contra la misericordia de Dios, cuando éste es capaz de desgarrar las fibras más duras de nuestro corazón, haciendo brotar de ellas lágrimas de arrepentimiento y de amor” (San Pío de Pietrelcina).

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El miedo a la muerte

Hb 2,14-18

 Hermanos: Ya que los hijos tienen una misma sangre y una misma carne, Jesús también debía participar de esa condición, para reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquel que tenía el dominio de la muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte.

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