“UN CENTINELA A LA PUERTA DE MIS LABIOS”

“Coloca, Señor, una guardia en mi boca, un centinela a la puerta de mis labios” (Sal 141,3).

¡Cuán distinto sería todo si cada persona rezara esta sabia oración y actuara conforme a ella! ¡Cuánto sufrimiento se evitaría y cuánto se avanzaría en la vida espiritual!

“Hay charlatanes que hieren como espadas; la lengua de los sabios es medicina” (Prov 12,18).

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El amor fraterno

1Jn 3,11-21

 Hermanos míos, éste es el mensaje que oísteis desde el principio: que nos amemos unos a otros. No como Caín, que, al ser del Maligno, mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, mientras que eran justas las obras de su hermano. No os extrañéis, hermanos, si el mundo os aborrece.

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