“BÚSCAME Y SIEMPRE ME ENCONTRARÁS”

“Pídeme y te daré; búscame y siempre me encontrarás; toca y la puerta estará abierta de par en par para ti” (Palabra interior).

Podemos tener por cierto que siempre encontraremos abierta la puerta del Corazón de Dios cuando nos acerquemos a Él. Quizá no estemos tan conscientes de ello, porque aún no conocemos lo suficiente a nuestro Padre Celestial. Si llegamos a conocerle mejor, esta puerta abierta se nos convertirá en una profunda certeza. Nos resultará tan natural que siempre daremos por sentado que el Padre nos recibirá con su Corazón abierto y nos prestará su amorosa atención.

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La luz resplandeciente de la fe

Hb 11,1-2.8-19

La fe es garantía de lo que se espera y prueba de lo que no se ve. Por ella fueron alabados todos nuestros mayores. Por la fe, Abrahán, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia. Además, salió sin saber a dónde iba. Por la fe, peregrinó hacia la Tierra prometida como extranjero, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas.

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