En octubre de 2020, había tratado detalladamente el tema de la ascesis en una serie conformada por cinco partes. Les recomendaría releer dichas meditaciones:
Camino espiritual (I): la vía purgativa
En la meditación de hoy y de los próximos días, saldremos del marco habitual de los textos bíblicos, y nos dedicaremos a un tema de la vida espiritual.
En el cuarto “escrito de Balta-Lelija” (son textos a través de los cuales quiero ofrecer ayuda para el combate espiritual a aquellas personas que quieran formar parte de la resistencia) hablé sobre el camino de la santidad. Puesto que todos nosotros, como cristianos, estamos llamados a este camino –al cual hago alusión una y otra vez en las meditaciones y en las conferencias en mi canal de YouTube–, quisiera emplear y profundizar algunos extractos de este escrito en las meditaciones de los próximos días. Conviene que tengamos algo de conocimiento sobre el camino de la transformación interior, sobre la “conversión del corazón”; para entender cómo Dios quiere moldear a aquellos que se abandonan completamente en Él.
San Esteban y la misericordia de Dios
Hch 7,51-60.8,1a
En aquellos días, Esteban decía al pueblo, a los ancianos y a los escribas: “¡Duros de cerviz, incircuncisos de mente y de oído! ¡Vosotros siempre ofrecéis resistencia al Espíritu Santo! ¡Sois igual que vuestros antepasados! ¿A qué profeta no persiguieron vuestros antepasados? Ellos mataron a los que habían anunciado de antemano la venida del Justo, de aquel a quien vosotros ahora habéis traicionado y asesinado; vosotros, que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la habéis guardado.” Mientras oían estas cosas, se consumían de rabia por dentro y rechinaban sus dientes contra él.
Valiosas enseñanzas de Jesús
Jn 6,22-29
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que éstos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades, cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún, en busca de Jesús.
Obstáculos para la fe
Lc 24,35-48
En aquel tiempo, los discípulos que habían regresado de Emáus contaron lo que había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban comentando todo esto, cuando se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz con vosotros.” Sobresaltados y asustados, creyeron ver un espíritu. Pero él les dijo: “¿Por qué os turbáis? ¿Por qué alberga dudas vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y comprended que un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.”
Aun en la oscuridad Jesús está con nosotros
Jn 6,16-21
Al atardecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar; subieron a una barca y se dirigieron al otro lado del mar, a Cafarnaún. Había ya oscurecido, pero Jesús todavía no había llegado. Soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse. Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y sintieron miedo. Pero él les dijo: “Soy yo. No temáis.” Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra en el lugar a donde se dirigían.
La interpretación correcta de los signos
Jn 6,1-15
En aquel tiempo, Jesús se trasladó a la otra ribera del mar de Galilea (el de Tiberíades), y mucha gente le seguía, porque veían los signos que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. (Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos.) Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él tanta gente, preguntó a Felipe: “¿Dónde nos procuraremos panes para que coman éstos?” Se lo decía para probarle, porque él ya sabía lo que iba a hacer.
Los límites de la autoridad
Hch 5,27-33
En aquellos días, trajeron a los apóstoles y los presentaron en el Sanedrín. El Sumo Sacerdote les interrogó; les dijo: “Os prohibimos severamente enseñar en ese nombre; sin embargo, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y pretendéis hacernos culpables de la muerte de ese hombre.”
La envidia destructiva
Hch 5,17-26
En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los que le acompañaban, que eran de la secta de los saduceos, se levantaron llenos de envidia. Prendieron a los apóstoles y los metieron en la prisión pública. Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, los sacó y les dijo: “Salid, presentaos en el Templo y predicad al pueblo toda la doctrina que concierne a esta Vida”.
El Espíritu interpreta la Escritura
Jn 3,7b-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Tenéis que nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere, y oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.” Preguntó Nicodemo: “¿Cómo puede ser eso?” Jesús le respondió: “Tú, que eres maestro en Israel, ¿no sabes estas cosas?