“Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer” (Os 11,4).
El Padre recurre a mil maneras para mostrar a los hombres su amor. De muchas formas se inclina hacia nosotros, y con suma claridad sucede en el Nacimiento del Hijo de Dios, que vino a nosotros como hombre, para que pudiésemos entender cuán cerca quiere estar Dios de nosotros, cuán valiosos somos para Él…