Dan 7,9-10.13-14
Mientras seguía mirando, prepararon unos tronos y un anciano se sentó. Sus vestidos eran blancos como la nieve; sus cabellos, como lana pura; su trono, llamas de fuego; las ruedas, fuego ardiente. Fluía un río de fuego que manaba delante de él. Miles y miles le servían, millones le acompañaban.