PREOCUPARSE POR LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

Una vez culminada la serie de meditaciones sobre cómo conocer, honrar y amar más profundamente al Padre Celestial, conviene escuchar de su propia boca por qué Él pide de nosotros estas tres cosas cosas. Dice así en el Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio:

“Solamente pido del hombre algo que él puede darme: su confianza, su amor y su gratitud. No es que desee ser conocido, honrado y amado porque estuviese necesitado de mi criatura o de su adoración. ¡No! Es sólo porque deseo salvarla y hacerla partícipe de mi gloria que me rebajo a ella. Mi bondad y mi amor me hacen ver que aquellos seres que he sacado de la nada y que he adoptado como verdaderos hijos, están a punto de precipitarse en gran número a la eterna desgracia con los demonios, fallando así al propósito de su creación y perdiéndose para el tiempo y para la eternidad.”

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