LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

“Cada día es importante; en cada hora ofrezco mi salvación a los hombres” (Palabra interior).

Estas palabras nos recuerdan la exhortación de san Pablo: «Aprovechad bien el tiempo presente» (Ef 5, 16). Nos llaman a una gran vigilancia y a estar atentos a la guía de nuestro Padre. De hecho, esta vigilancia nos ayuda a permanecer conscientes de la importancia de la salvación de las almas, que de otro modo corremos el peligro de olvidar con el transcurso del tiempo.

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Evangelio de San Juan (Jn 14,24-31):  “La paz de Cristo”  

 

Hoy volvemos a las meditaciones del Evangelio de San Juan, cerrando el capítulo 14:

Jn 14,24-31

“El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que escucháis no es mía sino del Padre que me ha enviado. Os he hablado de todo esto estando con vosotros; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todo y os recordará todas las cosas que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis escuchado que os he dicho: ‘Me voy y vuelvo a vosotros’. Si me amarais os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Os lo he dicho ahora antes de que suceda, para que cuando ocurra creáis. Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el príncipe del mundo; contra mí no puede nada, pero el mundo debe conocer que amo al Padre y que obro tal y como me ordenó. ¡Levantaos, vámonos de aquí!” leer más