NOTA: En la meditación de hoy y de mañana, saldremos del marco habitual de las meditaciones diarias, generalmente basadas en la lectura o el evangelio del día, para desarrollar un tema que es muy significativo para nuestra vida espiritual: la sencillez.
La sencillez, correctamente entendida, es un gran valor. En efecto, sencillez no significa simplificar todas las cosas y no ser capaces de pensar de manera diferenciada. Antes bien, en su esencia, la verdadera sencillez quiere decir que contemplamos todas las cosas desde la perspectiva de Dios, de modo que cada cual recibe el lugar que le corresponde. Es el Espíritu Santo el que coloca todo en su orden, tanto en la vida interior como en la exterior.