EL TIEMPO PROPICIO

“El tiempo es propicio; no dejéis escapar el amor que se ofrece a vuestro corazón de forma tan palpable” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Vivimos en el tiempo de la gracia, en el así llamado “Kairós”. La puerta al Corazón de Dios está abierta de par en par gracias a su Hijo. Está abierta para todos los hombres, si aceptan la invitación de Dios y se vuelven a Él. Pero, además de este tiempo de gracia para la humanidad a nivel general, el Señor nos concede una y otra vez momentos de gracia particular.

Con las palabras que hemos escuchado al inicio de esta meditación, el Padre se dirige especialmente a aquellos que se abren al mensaje de amor que Él ofrece a la humanidad por medio de la Madre Eugenia Ravasio. Si abrimos el oído a las palabras del Padre, que hablan directamente a nuestro corazón, recibiremos la gracia de encontrarnos de una manera especial con el amor del Padre y de acogerlo.

En nuestro seguimiento de Cristo, llegan una y otra vez momentos en los que tenemos que dar un paso espiritual importante para avanzar en nuestro camino. Si aprovechamos este momento y la gracia que trae consigo, puede suceder que seamos capaces de hacer realidad algo que quizá llevábamos muchos años intentando. ¡Es una hora de gracia!

A esto hace alusión nuestro Padre, dándonos a entender que, con su aparición a la Madre Eugenia, se le ofrece a la humanidad una gracia especial, a saber, la de acoger ese amor paternal suyo, que de tantas maneras y con tanta ternura nos expresa.  Por eso, nuestro Padre nos exhorta a “no dejar escapar” esta hora de gracia. Sí: hemos de captarla y aprovecharla, para despertar al amor que nuestro Padre nos ofrece.

“Ojalá escuchéis hoy su voz: ‘No endurezcáis el corazón’” –nos exhorta el salmista (Sal 94,7b-8a). Aplicando estas palabras al pasaje de hoy, podemos decir: “Hoy queremos acoger con todo nuestro corazón tu ofrecimiento, y abrir sus puertas de par en par para el amor que nos ofreces.” Si esto sucede, el amor del Padre ensanchará nuestro corazón y lo atraerá cada vez más a su Corazón.