EL PADRE NOS HABLA A TRAVÉS DE SU HIJO

“Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien también hizo el universo”(Hb 1,1-2).

Cuando se cumplió el tiempo, Dios habló de forma auténtica e incomparable por medio de su Hijo amado y nos exhortó a escucharle, según nos relata el Evangelio:

“Entonces se formó una nube que los cubrió con su sombra, y llegó una voz desde la nube: ‘Éste es mi Hijo amado; escuchadle’” (Mc 9,7).

Cuando nos encontramos con Jesús y escuchamos su Palabra, nos encontramos siempre con el Padre mismo. En todos sus gestos, en todas sus palabras, en todas sus obras nuestro Padre está presente, de modo que Jesús le responde a Felipe cuando éste le pide que le muestre al Padre:

“¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’?” (Jn 14,9)

¡Qué maravilloso es contemplar a Jesús y escuchar día tras día su Palabra en el santo Evangelio, sabiendo que nuestro Padre mismo nos habla a través suyo y que su voz jamás se extinguirá!

¡Qué sanador es mirar a Jesús en la Cruz y reconocer hasta qué punto nos ha amado el Padre!

¡Qué conmovedor es contemplar el Pesebre y ver cómo el Padre se nos dona en su Hijo!

¡Cómo se ensancha nuestro corazón al saber que este Hijo amado de Dios retornará al Final de los Tiempos y llevará todo a su consumación!

¡Que nuestra alabanza y nuestra gratitud jamás cesen!