Elegir la vida es elegir a Dios

Dt 30,15-20

Moisés habló al pueblo diciendo: “Mira, yo pongo hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Si escuchas los mandamientos de Yahvé tu Dios que yo te mando hoy, amando a Yahvé tu Dios, siguiendo sus directrices y guardando sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y te multiplicarás; Yahvé tu Dios te bendecirá en la tierra en la que vas a entrar para tomarla en posesión.

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El ayuno santo

Jl 2,12-18

“Mas ahora –oráculo de Yahvé– volved a mí de todo corazón, con ayuno, con llantos y con duelo.” Desgarrad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved a Yahvé, vuestro Dios, porque él es clemente y compasivo, lento a la cólera, rico en amor, y se retracta de las amenazas. ¡Quién sabe si volverá y se compadecerá, y dejará a su paso bendición, ofrenda y libación para Yahvé, vuestro Dios!

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Dejarlo todo por causa de Jesús

Mc 10,28-31 

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: “Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.” Jesús dijo: “Yo os aseguro que nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora, al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y haciendas, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.”

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Fortalecidos por las pruebas

1Pe 1,3-9

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien, por su gran misericordia y mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros. El poder de Dios, que se activa por medio de la fe, os protege para la salvación, dispuesta ya para ser revelada en el último momento. Por este motivo, rebosáis sin duda de alegría, pero es preciso que todavía por algún tiempo tengáis que soportar diversas pruebas.

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La medida de Dios

Lc 6,39-45

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola: “¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Será como el maestro cuando esté perfectamente instruido. ¿Cómo eres capaz de mirar la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.

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Más consejos del Apóstol

St 5,13-20 

¿Sufre alguno entre vosotros? Que ore. ¿Está alguno alegre? Que cante salmos. ¿Está enfermo alguno entre vosotros? Que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante; y, si hubiera cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados.

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Verdad y amor hacia el que yerra y el pecador

St 5,9-12

Hermanos, no os quejéis unos de otros, para no ser juzgados. Tened presente que el Juez está ya a las puertas. Hermanos, tomad como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Ya sabéis que solemos proclamar felices a los que sufrieron con paciencia. Habéis oído hablar de la paciencia de Job, y ya sabéis el final que el Señor le dio; porque el Señor es compasivo y misericordioso. Ante todo, hermanos, no juréis ni por el cielo ni por la tierra, ni por ninguna otra cosa. Que vuestro sí sea sí, y vuestro no, no. Así no incurriréis en juicio.

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La responsabilidad de nuestro actuar

St 5,1-6

Atended ahora los ricos: llorad a gritos por las desgracias que os van a sobrevenir. Vuestra riqueza está podrida, y vuestros vestidos consumidos por la polilla; vuestro oro y vuestra plata están enmohecidos, y su moho servirá de testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como si fuera fuego. Habéis atesorado para los últimos días. Mirad: el salario que habéis defraudado a los obreros que segaron vuestros campos, está clamando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido lujosamente en la tierra, entregados a los placeres, y habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. Habéis condenado y habéis dado muerte al justo, sin que él os ofreciera resistencia.

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Aprovechar el día presente

St 4,13-17

Tened en cuenta una cosa los que decís: “Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí el año, negociaremos y ganaremos dinero.” ¿Cómo habláis así, si ni siquiera sabéis qué será mañana de vuestra vida? ¡Sois vapor de agua que aparece un momento y después desaparece! En lugar de decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”, os jactáis y fanfarroneáis, sin advertir que toda jactancia de este tipo es mala. Aquel, pues, que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.

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Pastores según el corazón de Dios

1Pe 5,1-4

Hermanos: A los presbíteros que hay entre vosotros, yo ­–presbítero como ellos y, además, testigo de los padecimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse– os exhorto: apacentad la grey de Dios que se os ha confiado, gobernando no a la fuerza, sino de buena gana según Dios; no por mezquino afán de lucro, sino de corazón; no como tiranos sobre la heredad del Señor, sino haciéndoos modelo de la grey. Así, cuando se manifieste el Pastor Supremo, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

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