“AUNQUE CAMINE POR CAÑADAS OSCURAS…” 

“Aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo” (Sal 23,4).

Los caminos que tenemos que recorrer no siempre nos resultan claros y evidentes. Tanto en este mundo marcado por el pecado como también en nuestra vida personal y en el camino espiritual existen esas “cañadas oscuras” de las que habla el salmista. Pero nuestro Padre nunca nos deja desamparados si levantamos los ojos a Él. La fe y la confianza que se deriva de ella nos ayudan a no desanimarnos.

leer más

LA FELICIDAD DEL PADRE EN NUESTRA ALMA

“En cuanto a las almas que viven en justicia y en la gracia santificante, mi felicidad está en morar en ellas. Yo me entrego a ellas. Les confío el uso de mi poder, y en mi amor ellas encuentran un anticipo del Paraíso; en mí, su Padre y su Salvador”(Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

 ¿No es reconfortante escuchar a alguien diciéndote que te ama, y que además lo dice en serio y realmente es capaz de amar? ¡Cuánto más maravilloso si el que nos declara su amor es Dios Padre mismo, que incluso nos asegura que su felicidad es estar junto a nosotros!

leer más

“EL AMOR POR MIS CRIATURAS” 

“El amor por mis criaturas es tan grande, que no experimento ninguna alegría como la de estar en medio de los hombres.” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio)

En un principio, ciertamente estas palabras nos resultan sorprendentes. Si no permanecemos con los ojos cerrados frente a nuestra propia miseria y nos conocemos un poco a nosotros mismos y a otras personas, si echamos una ojeada a la historia y escuchamos los relatos de la Sagrada Escritura, fácilmente surgirá en nosotros la pregunta: “Señor, ¿qué es lo que encuentras en nosotros para que te complazca tanto estar en medio nuestro?”

leer más

“VENDRÉ MUY CERCA A VOSOTROS”

 “Mi presencia entre vosotros es como el sol en el mundo. Si estáis bien dispuestos a recibirme, vendré muy cerca a vosotros, entraré en vosotros, os iluminaré, os calentaré con mi amor infinito.” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio) 

A nivel natural, el sol nos da luz y calor, despertándonos a la vida. Es un maravilloso regalo de Dios. El Padre se vale de este ejemplo para compararlo con su presencia y su obra en medio de nosotros.

leer más

LETRAS DORADAS EN EL ALMA

“¡Oh, Señor! Si tan sólo pudiera trazarte en mi corazón, grabarte en lo más íntimo de mi corazón y de mi alma con letras doradas, para que nunca te borraras” (Beato Enrique Suso).

Ciertamente nuestro Padre le cumplió este deseo al Beato Enrique Suso. ¿Cómo podría resistirse a una petición tan sincera de su amor? En efecto, nada le agrada tanto a nuestro Padre como vernos buscándolo con ese ardiente anhelo que Él mismo sembró en nosotros.

leer más

UNA ALIANZA CON EL ESPÍRITU SANTO Y NUESTRO SEÑOR

“¡El tiempo apremia! Desearía que los hombres sepan cuanto antes que los amo y que Mi mayor felicidad consiste en estar y hablar con ellos, como un Padre con sus hijos” (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Resulta evidente cuán importante es para nuestro Padre que los hombres reconozcamos su amor. ¡El tiempo apremia! Y esto es tan cierto: cada día que vivimos conscientes del amor de nuestro Padre es tan rico para nosotros y una felicidad para el Padre, en cuanto que puede comunicarnos su amor. En cambio, cada día en el que no reconocemos su amor y, en consecuencia, no le correspondemos, es tan pobre.

leer más

LA OBRA DE ARTE DE DIOS

“Cuanto mejor te conozco, más te amo. Cuanto más me familiarizo contigo, más bondadoso te muestras. ¡Oh, qué tesoro insondable, perfecto y puro eres!” (Beato Enrique Suso).

En estas palabras se nos revela un alma amante. Enrique Suso es un místico alemán († 1366), uno de esos santos que hablan a partir de su experiencia interior con nuestro Padre, una de esas almas que han probado el dulce sabor del amor divino y vivieron en íntima unión con Dios.

leer más

“QUÉDATE CONMIGO; YO TE GUÍO”

“¡Quédate conmigo; Yo te amo! – ¡Quédate conmigo; Yo te guardo! – ¡Quédate conmigo, Yo te guío! ¡Yo soy tu Padre!” (Palabra interior). 

Una vez más, se nos invita a permanecer con nuestro Padre. Él quiere tomar las riendas de nuestra vida. Estar bajo su guía significa seguir concretamente sus indicaciones en la vida cotidiana, encontrar el “hilo de oro” y actuar así de acuerdo a su proyecto en la más íntima unión con Él.

leer más