Ser purificados para dar fruto

Jn 15,1-18

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Él corta todo sarmiento que en mí no da fruto, y limpia todo el que da fruto para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, tampoco vosotros podréis si no permanecéis en mí.

leer más