Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;
que abres y nadie puede cerrar;
cierras y nadie puede abrir:
ven y libra a los cautivos
que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
Meditaciones sobre las Antífonas “O” (3/7): O RADIX IESSE
Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos;
ante quien los reyes enmudecen,
y cuyo auxilio imploran las naciones:
ven a librarnos, no tardes más.
Meditaciones sobre las Antífonas “O” (2/7): O ADONAI
Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel,
que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente
y en el Sinaí le diste tu ley:
ven a librarnos con el poder de tu brazo. leer más
Meditaciones sobre las Antífonas “O” (1/7): O SAPIENTIA
Oh, Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,
abarcando del uno al otro confín,
y ordenándolo todo con firmeza y suavidad:
ven y muéstranos el camino de la salvación.
La cuestión de la autoridad
Mt 21,23-27
En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?” Jesús les replicó: “Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?” Ellos se pusieron a deliberar: “Si decimos ‘del cielo’, nos dirá: ‘¿Por qué no le habéis creído?’. Si le decimos ‘de los hombres’, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta.” Y respondieron a Jesús: “No sabemos”. Él, por su parte, les dijo: “Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto”. leer más
Alegraos siempre en el Señor
Fil 4,4-7
Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Y que todos conozcan vuestra clemencia. El Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias. Y la paz de Dios, que supera toda inteligencia, custodiará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
El camino místico
Lc 14,25-33 (Lectura correspondiente a la memoria de San Juan de la Cruz)
En aquel tiempo, caminaba Jesús acompañado de mucha gente. Entonces se volvió y les dijo: “Si alguno viene a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. El que no cargue su cruz y venga en pos de mí, no puede ser discípulo mío. ¿Quién de vosotros, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla? De lo contrario, si resulta que ha puesto los cimientos de la obra y no ha podido terminarla, todos los que lo vean se pondrán a burlarse de él, y dirán: ‘Éste comenzó a edificar y no pudo terminar.’
Dios es el tesoro hallado en el campo
NOTA: Escucharemos y meditaremos hoy el evangelio de la memoria de Santa Lucía siguiendo el calendario tradicional. A aquellos que desean conocer mejor la historia de la santa de hoy, les recomendamos escuchar esta meditación: https://es.elijamission.net/santa-lucia-portadora-de-luz-2/
Mt 13,44-46
En aquel tiempo Jesús dijo esta parábola: “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.”
Nuestra Señora de Guadalupe
Lc 1,39-48
Lectura correspondiente a la memoria de Nuestra Señora de Guadalupe
En aquellos días, se puso en camino María y se dirigió con prontitud a la región montañosa, a una población de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó a gritos: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”
Adviento en tiempos apocalípticos – Parte IV: “Una luz en medio de la oscuridad”
En medio de la oscuridad, brilla una luz… Es la luz resplandeciente de la fe, que nos guía a través de las tinieblas que nos rodean en la actualidad. La fe no se deja perturbar, sino que sigue alabando la Venida de Cristo, su Nacimiento en Belén. Esta misma fe nos hace vigilantes para no pasar por alto los signos de los tiempos y estar preparados para el Retorno de Cristo.
La Sagrada Escritura nos enseña que la Segunda Venida de Cristo estará precedida por la manifestación del Anticristo (2Tes 2,3). Pero, así como desconocemos el día y la hora del Retorno del Señor, tampoco sabemos el momento en que aparecerá el Anticristo, aquel que pretenderá sentarse en el Trono de Dios (2Tes 2,4). Sin embargo, la oscuridad actual con su carácter anticristiano debería sacudirnos y despertarnos para asumir el lugar que Dios nos ha asignado en el combate espiritual.