Si el mundo os odia…        

NOTA: Escucharemos hoy el evangelio de la fiesta de los apóstoles Simón y Judas según el leccionario tradicional.

Jn 15,17-25

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Esto os mando: que os améis los unos a los otros. Si el mundo os odia, sabed que antes que a vosotros me ha odiado a mí. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por eso el mundo os odia. Acordaos de las palabras que os he dicho: no es el siervo más que su señor. Si me han perseguido a mí, también a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi doctrina, también guardarán la vuestra. Pero os harán todas estas cosas a causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado. Pero ahora no tienen excusa de su pecado. El que me odia a mí, también odia a mi Padre. Si no hubiera hecho ante ellos las obras que ningún otro hizo, no tendrían pecado; sin embargo, ahora las han visto y me han odiado a mí, y también a mi Padre. Pero tenía que cumplirse la palabra que estaba escrita en su Ley: ‘Me odiaron sin motivo’.” leer más

Guiados por el Espíritu de Dios

Rom 8,12-17

Hermanos míos, nosotros no somos deudores de la carne para vivir según la carne, pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y vosotros no habéis recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y, si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, si compartimos sus sufrimientos, para ser también con él glorificados.

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Permanecer en la humildad

NOTA: Los días en que no se conmemore a un santo específico, volveremos a las lecturas del día.

Lc 18,9-14

En aquel tiempo, dijo Jesús la siguiente parábola a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás: “Dos hombres subieron al templo a orar: uno fariseo y otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ‘¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres: rapaz, injusto y adúltero; ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana y doy el diezmo de todas mis ganancias.’ En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ‘¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!’ Os digo que éste regresó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.”

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Santos Crisanto y Daría: Dos santos castos con un protector especial

Cuando empezamos a conocer las vidas de los santos, no pocas veces nos encontramos con historias extraordinarias. Éste es el caso de los santos Crisanto y Daría, mártires de los primeros siglos, cuya memoria se celebra hoy de acuerdo con un calendario litúrgico antiguo.

San Crisanto era hijo de padres paganos. Su padre, Polemio, era senador en Alejandría y gozaba de tal alta estima por parte del emperador Numeriano que éste lo llevó consigo a Roma y lo nombró su consejero.

A Crisanto le gustaba mucho leer, y fue así como se encontró con la Sagrada Escritura, que le conmovió profundamente. Sabía que lo que aquí había encontrado era la verdad, aunque aún no pudiera comprenderlo todo. Buscó consejo en la comunidad cristiana y así se encontró con Carpóforo, un erudito y santo sacerdote. Él le explicó todo lo que deseaba saber y, con la ayuda de Dios, consiguió que Crisanto reconociera la falsedad de los dioses paganos y la verdad de la fe cristiana. Así, recibió el bautismo en secreto.

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San Rafael, Arcángel

De acuerdo con el calendario tradicional, hoy se celebra la fiesta del Arcángel San Rafael. Sin duda, es mucho más difícil describir a un ángel que la vida de un santo. Estas últimas suelen estar bien documentadas y son más accesibles para nosotros, los seres humanos. No obstante, deberíamos familiarizarnos más con nuestros fieles amigos en el cielo, sin por ello dejar que nuestra imaginación nos lleve demasiado lejos.

No es raro oír hablar de los ángeles en el ámbito esotérico. Sin embargo, si no se aplica un discernimiento claro de los espíritus, es fácil que nuestra propia imaginación nos sugiera ideas ilusorias sobre los ángeles que no se ajustan a la realidad o incluso que el diablo nos engañe. No podemos pasar por alto el hecho de que los demonios siguen teniendo una naturaleza angélica y, por tanto, están provistos de una inteligencia superior a la nuestra, de manera que les resulta fácil inducir a error a las personas que no están firmemente arraigadas en la auténtica fe. Por eso, antes de hablar del Arcángel San Rafael, conviene recordar lo que la Iglesia nos enseña sobre estos seres maravillosos. Así tendremos criterios para identificar mejor a los ángeles fieles.

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