«Para que, a pesar de todo, se acordaran de Dios, su Padre, y de su único deseo de salvarlos, le di a Moisés mis Mandamientos, para que, al guardarlos, pudiesen recordar al Padre infinitamente bueno, que sólo se preocupa por su salvación presente y eterna» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio). leer más
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HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 10,1-8): “La visión de Pedro y Cornelio”
Un hombre de Cesarea llamado Cornelio, centurión de la cohorte denominada Itálica, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, que daba muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios sin cesar, vio claramente en una visión, hacia la hora nona del día, al ángel de Dios que llegaba hasta él y le decía: “¡Cornelio!” Él le miró fijamente y, sobrecogido de temor, dijo: “¿Qué pasa, señor?” Y le respondió: “Tus oraciones y limosnas han subido como memorial ante la presencia del Señor. Envía ahora unos hombres a Jope y haz venir a un tal Simón, de sobrenombre Pedro, que se hospeda en casa de otro Simón, curtidor, que vive junto al mar”. En cuanto se retiró el ángel que le hablaba, llamó a dos criados y a un soldado piadoso de los que estaban a sus órdenes, les refirió todo y los envió a Jope.
HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 9,26-35): “Segunda huida de Pablo y viaje apostólico de Pedro”
Cuando [Pablo] llegó a Jerusalén intentaba unirse a los discípulos; pero todos le temían, porque no creían que fuera discípulo. Sin embargo, Bernabé se lo llevó con él, lo condujo a los apóstoles y les contó cómo en el camino había visto al Señor, y que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado abiertamente en el nombre de Jesús. Entonces andaba con ellos por Jerusalén, predicando valientemente en el nombre del Señor. Hablaba también y discutía con los helenistas; pero éstos intentaban matarle. Cuando los hermanos lo supieron, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. leer más
DIOS BUSCA AMIGOS
«Para vivir entre los hombres que yo mismo había creado, escogí en el Antiguo Testamento a los profetas, a quienes comunicaba mis deseos, mis penas y mis alegrías, para que ellos las transmitieran a todos» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio). leer más
NUESTRO PADRE NOS AMA MÁS QUE A SÍ MISMO
«Finalmente, la creación del hombre… ¡Me complací en Mi obra! Luego el hombre cometió el pecado, pero precisamente entonces se manifiesta mi infinita bondad» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Al ser omnisciente, nuestro Padre sabía que el hombre se separaría de él por el pecado. Sin embargo, su amor no permitió que ese conocimiento fuera un impedimento para crear al hombre y complacerse en su obra. Dios respondió al pecado del hombre con una bondad mayor aún y nos allanó el camino de la salvación. Todos los que seguimos a su Hijo Jesucristo conocemos este camino y, en él, podemos comprender cada vez más profundamente el amor de nuestro Padre.
HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 9,17-25): “Saulo recupera la vista y anuncia a Jesús”
Marchó Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo: “Saulo, hermano, me ha enviado el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo.” Al instante cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista; se levantó y fue bautizado, y tomando algo de comer recuperó las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos que había en Damasco, y enseguida empezó a predicar a Jesús en las sinagogas: “Éste es el Hijo de Dios.” Todos los que le oían se asombraban y decían: “¿Pero no es éste el que atacaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y que vino aquí para llevarlos detenidos ante los príncipes de los sacerdotes?” Saulo cobraba cada vez más fuerza y desconcertaba a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que Jesús es el Cristo. leer más
CREADOS A IMAGEN DE DIOS
«Yo soy el Eterno, y cuando vivía solo ya había resuelto desplegar toda mi Omnipotencia para crear seres a mi imagen» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Así que, desde tiempos inmemoriales, los hombres hemos estado en el plan de amor de nuestro Padre Celestial. La certeza de que Él ha pensado en nosotros desde siempre nos eleva por encima del curso habitual del tiempo. Esto se aplica a cada vida que nace de la bondad de nuestro Padre. Es aceptada, es querida, es llamada a la existencia porque así lo quiso nuestro Padre desde siempre y le preparó todo lo necesario. Con infinita sabiduría y cuidado, previó todo aquello que necesitaríamos para vivir. Así lo expresa en el Mensaje a la Madre Eugenia:
HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 9,1-22): “La conversión de Saulo”
Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se presentó ante el sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de llevar detenidos a Jerusalén a cuantos encontrara, hombres y mujeres, seguidores del Camino. Pero mientras se dirigía allí, al acercarse a Damasco, de repente le envolvió de resplandor una luz del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Respondió: “¿Quién eres tú, Señor?” Y él: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer”. Los hombres que le acompañaban se detuvieron estupefactos, puesto que oían la voz pero no veían a nadie. Se levantó Saulo del suelo y, aunque tenía abiertos los ojos, no veía nada.
DIOS SE DELEITA EN LA OBRA MAESTRA DE SU CREACIÓN
En las reflexiones que siguen, me basaré en pasajes del Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio, una revelación privada de 1932 que merece la pena leer íntegramente. Puede encontrarse en el siguiente enlace:
https://www.amadopadrecelestial.org/_files/ugd/06b604_b24c8a93b9bc44e98984c4632cf09a64.pdf?index=true
«El pintor se deleita contemplando el cuadro que pintó. Así mismo Yo me complazco y me alegro al estar en medio de los hombres, obra maestra de Mi creación» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).
HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 8,26-40): “El bautizo del funcionario etíope”
Un ángel del Señor le habló a Felipe: “Levántate y vete hacia el sur, a la ruta que baja de Jerusalén a Gaza y que está desierta”. Se levantó y se puso en camino. En esto, un hombre de Etiopía, eunuco, alto funcionario de Candace -la reina de Etiopía- y superintendente de su tesoro, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, volvía sentado en su carro leyendo al profeta Isaías. Le dijo entonces el Espíritu a Felipe: “Acércate y ponte al lado de ese carro”. Corrió Felipe a su lado y oyó que leía al profeta Isaías. Entonces le dijo: “¿Entiendes lo que lees?” Él respondió: “¿Cómo lo voy a entender si no me lo explica alguien?” Rogó entonces a Felipe que subiera y se sentase junto a él. El pasaje de la Escritura que iba leyendo era el siguiente: ‘Como oveja fue llevado al matadero, y como mudo cordero ante el esquilador, así no abrió la boca.