El tema que trataremos a continuación también es muy importante en la preparación para el combate espiritual: la adoración eucarística y la sanación interior. De hecho, si tenemos muchas heridas, bloqueos y barreras interiores, que quizá ni siquiera percibimos, nos resultará más difícil librar la batalla. No olvidemos que la sanación de los enfermos formó parte del ministerio de nuestro Señor, y sigue haciéndolo a través de la adoración eucarística si aceptamos su ofrecimiento. Por eso me ha parecido oportuno incluir en nuestra serie cuaresmal esta meditación del año pasado.
También es importante la relación entre la adoración eucarística y el crecimiento espiritual, tema del que hablaremos en la segunda parte de esta meditación. Recordemos que, cuanto más profundamente estemos unidos al Señor, más podrá Él obrar y ofrecer su amor a los hombres a través de nosotros. Y ante la presencia del verdadero amor de Cristo, el diablo tendrá que huir.