“Fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder” (Ef 6,10).
Estas son las palabras iniciales de una serie de consejos espirituales que el Apóstol Pablo da para resistir en el combate encomendado a todos los que siguen al Señor. Es una invitación a apoyarnos enteramente en Dios y dejar atrás la falsa seguridad que proporciona confiar en las propias fuerzas y habilidades. Debemos entender y asimilar interiormente que la fuerza de Dios consiste sobre todo en su amor. Este nos salva de todos los peligros que jamás seríamos capaces de superar con nuestras propias fuerzas.