“El vínculo del amor es más fuerte aún que el lazo con el que la naturaleza ha unido tan fuertemente a los padres con los hijos” (San Bernardo de Claraval).
Sin duda, San Bernardo, el gran amante de Dios, se refería al vínculo de amor con Dios. Y puesto que éste es más fuerte que los lazos de la sangre, uno puede dejar atrás a la familia cuando se trata de responder a su llamado y dedicarse por entero al vínculo de amor con Dios. De hecho, este vínculo es indestructible y produce los mayores frutos. También crea nuevos vínculos entre aquellos que han dado el primer lugar a Dios y no anteponen nada al amor del Padre Celestial.