LA GRAN DEBILIDAD DE DIOS

“El hombre es mi gran debilidad. Por eso tú debes ir en su busca con el mismo amor con que yo lo busco” (Palabra interior).

Tratemos de comprender estas palabras… El amor de nuestro Padre por nosotros nos resulta casi incomprensible. Un obispo de Italia, Mons. Salvatore Bocciacco (1938-2008), hizo suya la siguiente oración:

“Dios es mi papá. Me ama hasta la locura. Hace cosas maravillosas por mí. Confío en Él y me entrego completamente a Él. Por eso, quiero creer que cualquier cosa que ocurra, ya sea que me parezca hermosa o terrible, es una exquisita y tierna expresión de su amor por mí, y entonces digo: ‘¡Gracias papá!’”

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Los niños y los ángeles

 

Mt 18,1-5.10 (Lectura de la memoria de los Santos Ángeles Custodios)

En aquel tiempo, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el mayor en el Reino de los Cielos?”  Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos tres y dijo: “En verdad os digo: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Pues todo el que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos; y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños, porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos.”

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La infancia espiritual

Mt 18,1-5 (Lectura correspondiente a la memoria de Santa Teresita del Niño Jesús)

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Quién es el mayor en el Reino de los Cielos?”  Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos tres y dijo: “En verdad os digo: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Pues todo el que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos; y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.”

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