NUESTRO PADRE NOS EDUCA

“Dios os trata como a hijos, ¿y qué hijo hay a quien su padre no corrija?” (Hb 12,7).

En un primer momento, quizá estas palabras suenen atemorizantes para algunos. Pero este susto no es justificado, porque nuestro Padre no quiere otra cosa más que darnos aquella formación que necesitamos para alcanzar nuestra meta.

leer más

EL TIEMPO PROPICIO

“El tiempo es propicio; no dejéis escapar el amor que se ofrece a vuestro corazón de forma tan palpable” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Vivimos en el tiempo de la gracia, en el así llamado “Kairós”. La puerta al Corazón de Dios está abierta de par en par gracias a su Hijo. Está abierta para todos los hombres, si aceptan la invitación de Dios y se vuelven a Él. Pero, además de este tiempo de gracia para la humanidad a nivel general, el Señor nos concede una y otra vez momentos de gracia particular.

leer más

PREOCUPARSE POR LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS

Una vez culminada la serie de meditaciones sobre cómo conocer, honrar y amar más profundamente al Padre Celestial, conviene escuchar de su propia boca por qué Él pide de nosotros estas tres cosas cosas. Dice así en el Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio:

“Solamente pido del hombre algo que él puede darme: su confianza, su amor y su gratitud. No es que desee ser conocido, honrado y amado porque estuviese necesitado de mi criatura o de su adoración. ¡No! Es sólo porque deseo salvarla y hacerla partícipe de mi gloria que me rebajo a ella. Mi bondad y mi amor me hacen ver que aquellos seres que he sacado de la nada y que he adoptado como verdaderos hijos, están a punto de precipitarse en gran número a la eterna desgracia con los demonios, fallando así al propósito de su creación y perdiéndose para el tiempo y para la eternidad.”

leer más

AMAR AL PADRE CELESTIAL (Parte V)

Conocer, honrar y amar al Padre…

Si miramos al interior del Corazón de nuestro Padre Celestial y despierta plenamente en nosotros la confianza en Él, descubriremos muy pronto cuál es el deseo infinitamente grande de este Corazón. Su anhelo más profundo es colmarnos de su amor, y este amor se extiende a todos los hombres, sin excepción. ¡Cuánto desea que todos lo conozcan en su bondad de Padre!

leer más

AMAR AL PADRE CELESTIAL (Parte III)

Conocer, honrar y amar al Padre…

Aunque nuestro corazón –que a veces se siente frío– tenga la impresión de corresponder tan pobremente al amor del Padre y se entristezca por ello, Él nos da la oportunidad de demostrarle nuestro amor de otra manera más. Vale aclarar, además, que el solo hecho de que nos entristezcamos por amarle menos ardiente y perseverantemente de lo que quisiéramos, es ya una señal de amor, porque aquí el corazón sufre cuando no brota de él la expresión del amor y al no poder entrar en una relación íntima con Dios, de corazón a corazón.

leer más