LA VIDA ETERNA 

Alzando sus ojos al cielo, Jesús dijo: “Padre, glorifica a tu Hijo (…), por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano, para que Él dé vida eterna a todos los que Le has dado. Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Jn 17,2-3)

El Padre le ha dado a su Hijo el poder sobre todo ser humano. Sabemos de qué tipo de poder se trata: es el “poder del amor”. Cuando los fieles doblan sus rodillas ante Jesús, se postran ante un Rey que dio su vida por ellos y obtuvo así poder sobre sus corazones. Más que servir al Señor por temor a su majestad, nos adherimos a Él con gran amor.

leer más

LA GLORIFICACIÓN DE DIOS 

“Jesús dijo: ‘Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti’” (Jn 17,1b).

Así como el Padre quiere ser glorificado a través del Hijo, también quiere Él mismo glorificar al Hijo:

“Glorifícame Tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera” (Jn 17,5).

Jesús pide ahora al Padre que también su humanidad sea glorificada con toda la gloria que poseía desde la eternidad como Dios, para que los hombres reconozcan a Aquel que lo envió, a Aquel en cuyo Nombre habla y cuyas obras realiza, a Aquel cuya gloria procura…

leer más

CONFIANZA CIEGA 

“¡Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones!” (Ap 15,3c).

¿Quién puede comprender y abarcar los caminos de nuestro Padre? A veces somos capaces de entenderlos al ver los acontecimientos en retrospectiva, pero pocas veces en el momento en que tienen lugar.

Sin embargo, hay una manera de afrontar la incertidumbre sobre el porvenir y la incomprensión ante el presente: es el camino de la confianza. En caso de que se refiera a la relación con el Señor, incluso debe ser una “confianza ciega”, que no tiene nada que ver con aquella pseudo-confianza presuntuosa cuyo origen está en la soberbia y que debe ser rechazada: “No tentarás al Señor, tu Dios” (Mt 4,7).

leer más

EL CAMINO SEGURO 

“Quien permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo” (2Jn 1,9).

La verdadera comunión con el Padre y el Hijo tiene lugar cuando permanecemos en la recta doctrina, nos dice el Apóstol San Juan.

Nuestro Padre no puede penetrar en el corazón de una persona ni morar en él cuando ella no permanece en la doctrina que recibió de los apóstoles. El amor de Dios siempre va de la mano con la verdad que Él nos transmite a través de la Sagrada Escritura y la auténtica doctrina de la Iglesia, la cual nos recuerda por medio del Espíritu Santo.

leer más

LA VIDA ETERNA 

“Ésta es la voluntad de mi Padre: que quien vea al Hijo y crea en él tenga vida eterna” (Jn 6,40).

Ésta es la maravillosa y santa Voluntad de nuestro Padre: conceder a todos los hombres la vida eterna y conducirlos así a su Reino celestial. Todos sus esfuerzos tienen esta meta: que cada persona –aunque sea en su último suspiro antes de morir– se convierta sinceramente a su Padre Celestial e invoque su Nombre.

leer más

EL PEQUEÑO REBAÑO 

“No temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino” (Lc 12,32).

El pequeño rebaño… Son aquellos que permanecen fieles al Padre aun en medio de la tribulación. Aunque surjan persecuciones porque el mundo rechaza el Evangelio, aunque la confusión penetre incluso en la Iglesia, aunque se ciernan sobre la humanidad plagas apocalípticas y los poderes anticristianos pretendan dominar el mundo, nuestro Padre preservará a los suyos.

leer más

LAS BUENAS OBRAS 

“Alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos” (Mt 5,16).

Las obras del Señor que realizamos y la luz en que vivimos por gracia de Dios han de dar testimonio de la amorosa presencia de nuestro Padre Celestial en este mundo.

leer más