“No os anticipéis al Espíritu Santo” (Palabra interior).
El envío del Espíritu Santo es un gran regalo del Padre Celestial para nosotros, los hombres. Jesús les había hablado a sus discípulos de cuán importante sería su descenso y les había ordenado que lo esperasen (Hch 1,4). En efecto, fue Él quien los hizo capaces de anunciar el Evangelio con autoridad, al hacerse eficaces en ellos sus 7 dones.