«Mi vida comienza de nuevo cada día y termina cada noche» (Santa Edith Stein).
¿Entendemos bien lo que nos transmite la santa carmelita Edith Stein en esta frase?
«Mi vida comienza de nuevo cada día y termina cada noche» (Santa Edith Stein).
¿Entendemos bien lo que nos transmite la santa carmelita Edith Stein en esta frase?
«Habiendo sido purificado, el justo se convierte en una moneda del Señor y lleva impresa la imagen de su Rey» (San Clemente de Alejandría).
«Señor mío y Dios mío, prívame de todo lo que me aleja de ti, dame todo lo que me acerca a ti, haz que ya no sea mío, sino todo tuyo» (San Nicolás de Flüe).
«Señor mío y Dios mío, prívame de todo lo que me aleja de ti, dame todo lo que me acerca a ti, haz que ya no sea mío, sino todo tuyo» (San Nicolás de Flüe).
Es una humilde súplica de San Nicolás. La segunda parte, en la que nos detendremos hoy, representa lo que en la mística católica se denomina «vía iluminativa»: «Dame todo lo que me acerca a ti».
«Señor mío y Dios mío, prívame de todo lo que me aleja de ti, dame todo lo que me acerca a ti, haz que ya no sea mío, sino todo tuyo» (San Nicolás de Flüe).
Esta oración de San Nicolás de Flüe resume brevemente las etapas del camino espiritual.
«El amor por las cosas mundanas, por los honores, la grandeza y el reconocimiento, se ha convertido en la segunda naturaleza del hombre. Es como mezclar agua con vino. Se necesitaría un gran milagro para volver a separarlos» (San José de Cupertino).
«Empuña el escudo de la fe y abraza con amor en tu corazón la hermosa y resplandeciente justicia de Dios» (Santa Hildegarda de Bingen).
«¡Qué gran beneficio obtienes de Dios cuando eres generoso! Das una moneda y recibes un reino; das pan de trigo y recibes el Pan de la vida; das un bien pasajero y recibes uno eterno». Todo lo que ofreciste te será devuelto al ciento por uno» (Santo Tomás de Villanueva).
«No permitas que el triste espectáculo de la injusticia humana perturbe tu alma. También esta tiene su lugar en la economía de la salvación. Sobre la injusticia humana, verás surgir un día el triunfo de la justicia de Dios» (Padre Pío de Pietrelcina).
«Plácido, ¿por qué me persigues? Cree en mí, que soy Cristo, y te he estado buscando durante mucho tiempo. Puesto que das limosna y practicas la misericordia, también yo seré misericordioso contigo» (Palabras de Jesús a San Eustaquio).