“Y toda lengua proclame ‘Jesucristo es Señor’ para gloria de Dios Padre” (Fil 2,11). leer más
Showing all posts in 3 minutos para Abbá
EL TRONO DE LA GRACIA
“Señor, sondéame y conoce mi corazón, ponme a prueba y conoce mis sentimientos” (Sal 138,23).
¡Qué bendición poder decirle estas palabras a nuestro Padre con plena confianza! Ya no hay que esconderse ni evadir mirar de cerca en qué estado se encuentra nuestro corazón. Antes bien, entramos en una relación madura con nuestro Padre.
SI SUPIERAIS
“Si supierais cuánto amo a mis discípulos y cuán dispuesto estoy a desvelarles todos los tesoros de la gracia, estaríais siempre despiertos, atentos a escuchar la voz de vuestro corazón para encontraros conmigo” (Palabra interior). leer más
INDECIBLES TORRENTES DE GRACIA
“En la adoración eucarística, os abrís a los indecibles torrentes de gracia que fluyen hacia vosotros del Corazón de Dios” (Palabra interior). leer más
TUS OJOS VEÍAN MIS ACCIONES
“Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra, tus ojos veían mis acciones, se escribían todas en tu libro; calculados estaban mis días antes que llegase el primero” (Sal 138,16).
LA GRAN HISTORIA DE AMOR
LA PAZ DEL CORAZÓN
“No hay nada tan valioso en el mundo como la paz del corazón” (San Francisco de Sales).
LA PURA GRACIA DEL SEÑOR
“Yo sanaré su infidelidad, los amaré por pura gracia” (Os 14,5).
Éstas son palabras que nuestro Padre Celestial dirige al Pueblo de Israel, que tantas veces se apartaba de sus caminos y debía entender al menos al sentir las consecuencias qué es lo que sucede cuando uno se vuelve a otros dioses. Pero, por desgracia, muchas veces los hombres no están dispuestos a escuchar a Dios. Incluso cuando les sobrevienen terribles plagas, que deberían despertarlos, puede suceder que sigan pecando y no abandonen sus rumbos abominables.
TESOROS EN EL CIELO
“Atesorad tesoros en el cielo” (Mt 6,20).
El Señor nos ha abierto muchas posibilidades de acumular tesoros en el cielo. Todo lo que hayamos hecho y sufrido por amor nos será contado como mérito en la eternidad. Eso no sólo significa que recibiremos la recompensa a nivel personal, sino que el “excedente” de las buenas obras se pone a disposición de la Iglesia, tal como sucede, por ejemplo, en las vidas de los santos. En ese sentido, escuchamos a menudo en las oraciones litúrgicas que nosotros no somos capaces de hacer nada por nuestras propias fuerzas, pero que por los méritos de los santos se nos conceden bendiciones y gracias.
ORO INDESTRUCTIBLE
“Atesora oro indestructible en la cámara del tesoro de Dios” (Palabra interior).
