EL DON DE SABIDURÍA

“Quiero mostraros cómo vengo a vosotros por medio de mi Espíritu Santo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Con el último y más hermoso de los dones del Espíritu Santo –el de la sabiduría– podemos saborear interiormente el amor que nuestro Padre nos tiene. Aquí no se trata, en primera instancia, de conocerlo a través del entendimiento o de penetrar en los misterios divinos, como habíamos considerado en el don que meditamos ayer, sino que se trata del “dulce sapere”, del “dulce sabor” de la sabiduría.

leer más

EL DON DE ENTENDIMIENTO

“Quiero mostraros cómo vengo a vosotros por medio de mi Espíritu Santo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Hemos meditado cómo el don de ciencia nos ayuda a centrar todo nuestro corazón en el Padre Celestial, evitando que el apego natural a las cosas creadas se nos convierta en obstáculo para la unificación con Dios.

leer más

EL DON DE CIENCIA

“Quiero mostraros cómo vengo a vosotros por medio de mi Espíritu Santo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

En nuestro camino de transformación interior bajo el influjo del Espíritu Santo, Dios viene a nuestro auxilio bendiciéndonos abundantemente con el don de ciencia. A través de este don, el Padre nos permite entender con toda claridad que hemos de entregarle indivisamente nuestro corazón y no perderlo en las cosas pasajeras. Aunque nuestro entendimiento ya lo sepa en teoría, gracias a lo que nos enseña la fe, el corazón a menudo no está totalmente libre para Dios.

leer más

EL DON DE LA FORTALEZA

“Quiero mostraros cómo vengo a vosotros por medio de mi Espíritu Santo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio). Nadie conoce nuestras debilidades mejor que nuestro Padre Celestial: nuestro desánimo, nuestra tendencia a rendirnos y a no tomar las decisiones correctas ni llevarlas a la práctica. Todo esto, entre muchas otras debilidades, limita nuestro testimonio cristiano y puede desanimarnos. leer más

EL DON DE PIEDAD

“Quiero mostraros cómo vengo a vosotros por medio de mi Espíritu Santo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio). 

Si a través del don del temor de Dios, el Espíritu Santo –que el Padre nos envía para ser nuestro Maestro interior– despierta en nosotros una gran atención para evitar todo aquello que pudiese desagradarle; a través del don de piedad Él acrecienta nuestro amor a nuestro Padre Celestial. Este don nos mueve a hacer y procurar todo aquello que podría agradar a nuestro Padre. Así, el espíritu de piedad es el que conquista el Corazón de nuestro Padre, por así decir, en cuanto que nos hace fervorosos para cumplir la Voluntad de Dios en todas las cosas. ¿Cómo podría resistirse nuestro Padre, siendo así que de esta forma empieza a desplegarse la relación de amor entre Él y sus hijos, y éstos llegan a conocer cada vez mejor su amor?

leer más

EL DON DEL TEMOR DE DIOS

“Quiero mostraros cómo vengo a vosotros por medio de mi Espíritu Santo” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

En el Mensaje a la Madre Eugenia, nuestro Padre habla de cómo, por medio de la inhabitación del Espíritu Santo en las almas que están en estado de gracia, Él establece en ellas su Trono para morar siempre ahí como un Padre lleno de amor.

leer más

EL CONSEJO DIVINO

“Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente” (Sal 15,7).

De muchas maneras nos habla nuestro Padre y a nadie deja sin instrucción. En efecto, ¿cómo podría hacerlo? ¿Qué padre se negaría a dar un consejo a su hijo cuando éste se lo pide? ¡Cuánto más nuestro Padre Celestial nos aconsejará de las más diversas formas! Siempre tendremos a disposición su consejo divino, si tan sólo lo buscamos.

leer más

LA DIGNIDAD DEL HOMBRE

“¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él; el ser humano, para darle poder?” (Sal 8,5).

A nosotros, los hombres, no nos resulta fácil mirarnos a nosotros mismos y a los demás con los ojos de nuestro amoroso Padre, aunque hagamos un esfuerzo. En efecto, si no somos ciegos frente a nuestros defectos y carencias, si reconocemos la miseria moral que a menudo nos rodea, podríamos cuestionarnos cómo es posible que Dios nos ame tanto y no se rinda nunca en su intento de conquistarnos.

leer más

“AUNQUE CAMINE POR CAÑADAS OSCURAS…” 

“Aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo” (Sal 23,4).

Los caminos que tenemos que recorrer no siempre nos resultan claros y evidentes. Tanto en este mundo marcado por el pecado como también en nuestra vida personal y en el camino espiritual existen esas “cañadas oscuras” de las que habla el salmista. Pero nuestro Padre nunca nos deja desamparados si levantamos los ojos a Él. La fe y la confianza que se deriva de ella nos ayudan a no desanimarnos.

leer más

LA FELICIDAD DEL PADRE EN NUESTRA ALMA

“En cuanto a las almas que viven en justicia y en la gracia santificante, mi felicidad está en morar en ellas. Yo me entrego a ellas. Les confío el uso de mi poder, y en mi amor ellas encuentran un anticipo del Paraíso; en mí, su Padre y su Salvador”(Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

 ¿No es reconfortante escuchar a alguien diciéndote que te ama, y que además lo dice en serio y realmente es capaz de amar? ¡Cuánto más maravilloso si el que nos declara su amor es Dios Padre mismo, que incluso nos asegura que su felicidad es estar junto a nosotros!

leer más