“Es terrible cuando una persona no se convierte. Es un dolor para todos nosotros” (Palabra interior).
Showing all posts in 3 minutos para Abbá
UNA BRÚJULA INTERIOR
“El gozo de este mundo es efímero. No puede perdurar si no está relacionado conmigo” (Palabra interior).
El Espíritu del Señor nos enseña a no detenernos en los placeres de esta vida terrenal. Ciertamente podemos considerarlos como regalos de nuestro Padre Celestial e integrarlos como tales en nuestra vida. Pero sólo adquieren su verdadera belleza cuando los acogemos como una expresión de la bondad del Señor y le damos las gracias por ellos.
REPOSO SERENO
“En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo” (Sal 4,9).
¡Dichoso aquel que aplica estas palabras del salmo! No temerá “el espanto nocturno” (Sal 90,5), y aunque los sueños inquietantes quieran perturbarlo, no perderá la paz del corazón, porque sabe que el Señor vela sobre él.
ÉSTE ES MI HIJO AMADO; ESCUCHADLE
Conforme al relato de los evangelios, estando Jesús en el Monte Tabor con Pedro, Santiago y Juan, se transfiguró delante de ellos. Entonces salió de una nube la voz del Padre que les decía:
PERMANECE EN MÍ Y YO EN TI
“Permanece en mí y yo en ti” (Palabra interior).
CONFIANZA TRIUNFANTE
“Confiad en mí con una confianza que os transforma y a la cual no podré resistir. Entonces yo perdonaré vuestras faltas y os colmaré de las mayores gracias” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio). leer más
UN ‘ABBASTÁN’ INTERIOR
“Me encanta cuando estás a solas conmigo y todo tu día transcurre con la mirada puesta en mí” (Palabra interior).
EL AMOR NOS CONVIERTE EN LO QUE SOMOS
“Porque os amo, vengo a dejarme amar por vosotros, para que todos os salvéis” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
“AHORA HAS DESPERTADO”
«¡Abandónate completamente a la guía de Dios!» (Palabra interior).
Nuestro Padre quiere conducir cada vida que Él ha creado hacia la destinación que le confirió. Cuando una persona se somete en obediencia a Él, cumple el requisito indispensable para aprender a comprender las instrucciones del Señor. Las entenderemos cada vez más sutilmente en la medida en que percibamos la presencia del Espíritu Santo en nosotros y pongamos en práctica estas palabras de Jesús: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6,33).
AMAR AL PADRE; NO AL MUNDO
“Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1Jn 2,15).
Es cierto que, en su Evangelio, San Juan afirma que “tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito” (Jn 3,16) para salvar a la humanidad. Pero este amor es fundamentalmente distinto del que menciona el Apóstol en su carta. El amor de Dios por el mundo es un amor que salva, llamando al hombre del pecado a la luz; de la confusión a la verdad.