“Mi alegría al estar entre vosotros no es menor a la que experimentaba cuando estaba junto a mi Hijo Jesús durante su vida terrenal” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
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Nuestra Señora de Guadalupe
Lc 1,39-48
Lectura correspondiente a la memoria de Nuestra Señora de Guadalupe
En aquellos días, se puso en camino María y se dirigió con prontitud a la región montañosa, a una población de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó a gritos: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; ¿cómo así viene a visitarme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”
CON MI DIOS ASALTO LA MURALLA
Adviento en tiempos apocalípticos – Parte IV: “Una luz en medio de la oscuridad”
En medio de la oscuridad, brilla una luz… Es la luz resplandeciente de la fe, que nos guía a través de las tinieblas que nos rodean en la actualidad. La fe no se deja perturbar, sino que sigue alabando la Venida de Cristo, su Nacimiento en Belén. Esta misma fe nos hace vigilantes para no pasar por alto los signos de los tiempos y estar preparados para el Retorno de Cristo.
La Sagrada Escritura nos enseña que la Segunda Venida de Cristo estará precedida por la manifestación del Anticristo (2Tes 2,3). Pero, así como desconocemos el día y la hora del Retorno del Señor, tampoco sabemos el momento en que aparecerá el Anticristo, aquel que pretenderá sentarse en el Trono de Dios (2Tes 2,4). Sin embargo, la oscuridad actual con su carácter anticristiano debería sacudirnos y despertarnos para asumir el lugar que Dios nos ha asignado en el combate espiritual.
UN CORAZÓN ABIERTO
“Nada es imposible para mí, y cuando encuentro un corazón abierto, quiero entregarle todo” (Palabra interior).
Adviento en tiempos apocalípticos – Parte III: “La vigilancia”
“Como en los días de Noé, así será también la venida del Hijo del hombre. Porque, del mismo modo que en los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces, estarán dos en el campo: uno será tomado, y el otro dejado; habrá dos mujeres moliendo en el molino: una será tomada, y la otra dejada. Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le abriesen un boquete en su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque, cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.” (Mt 24,37-44)
UN CORAZÓN SINCERO Y LA SABIDURÍA DE DIOS
Adviento en tiempos apocalípticos – Parte II: “La oscuridad cubre la tierra”
NOTA: A partir de ayer, hemos iniciado en las meditaciones diarias una serie titulada “Adviento en tiempos apocalípticos”. Si alguien prefiere escuchar una meditación sobre la lectura o el evangelio del día (Solemnidad de la Inmaculada Concepción), puede encontrarla en el siguiente enlace: http://es.elijamission.net/solemnidad-de-la-inmaculada-concepcion-destinados-a-la-alabanza-de-dios/#more-7618
“La oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos…” (Is 60,2).
EL QUE ME OFRECE ACCIÓN DE GRACIAS, ÉSE ME HONRA
“El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios” (Sal 49,23).
Adviento en tiempos apocalípticos – Parte I: “Los dos sentidos del Adviento”
NOTA: Durante los próximos días, haremos una serie de meditaciones con el tema “Adviento en tiempos apocalípticos”. Si alguien prefiere escuchar una meditación sobre las lecturas del tercer Domingo de Adviento, puede encontrarla en el siguiente enlace: https://es.elijamission.net/2021/12/05/
“Mira: la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, pero sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece” (Is 60,2).