«El buen Dios, que nos guía como le place, lo tiene todo preparado, con poder y cuidado, desde tiempos remotos» (San Charles de Foucault). leer más
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Dios es nuestra alabanza
Dt 10,12-22
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, ¿qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que temas al Señor, tu Dios, que sigas sus caminos y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma, que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien. Cierto: del Señor son los cielos, hasta el último cielo, la tierra y todo cuanto la habita; con todo, sólo de vuestros padres se enamoró el Señor, los amó, y de su descendencia os escogió a vosotros entre todos los pueblos, como sucede hoy. Circuncidad vuestro corazón, no endurezcáis vuestra cerviz; que el Señor, vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, fuerte y terrible; no es parcial ni acepta soborno, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero, dándole pan y vestido.
“COMO EL HIJO DE DIOS”
«Unge a las personas con misericordia y consuelo, como lo hizo el Hijo de Dios» (Santa Hildegarda de Bingen). leer más
Vigilancia amorosa
Lc 12,32-48
“No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. Vended vuestros bienes y dadlos en limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla corroe. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas, y sed como ésos que esperan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle en cuanto llegue y llame. Dichosos los siervos a quienes su señor, al venir, encuentre velando. Os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa e irá sirviéndolos uno tras otro. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, ¡dichosos ellos si los encuentra así! Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le abriesen un boquete en su casa. Estad también vosotros preparados, porque, cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.”
“LA SENDA DE LA JUSTICIA”
«En la senda de la justicia está la vida» (Prov 12,28).
Si buscas la vida, camina por la senda de la justicia.
Actuar en la fe
Mt 17,14-20
Cuando llegaron donde la gente, se acercó a Jesús un hombre que, tras arrodillarse ante él, le suplicó: “Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y sufre mucho. Muchas veces cae en el fuego y otras muchas en el agua. Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarlo.” Jesús exclamó: “¡Ay, generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!” Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento. Entonces, los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le preguntaron: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?” Les respondió: “Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro que, si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: ‘Desplázate de aquí allá’, y se desplazará. Y nada os será imposible.”
“DIOS NOS TIENE EN SU MANO”
«Regocíjate, pues Dios te tiene tan firme en su mano que de ninguna manera necesitas apoyarte en tu propia seguridad» (Santa Hildegarda de Bingen).
No olvidéis las obras del Señor
Dt 4,32-40
Moisés habló al pueblo diciendo: “Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante? ¿Hay algún pueblo que haya oído como tú has oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, y haya sobrevivido? ¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación de en medio de otra por medio de pruebas, señales, prodigios, en la guerra, con mano fuerte y tenso brazo, con portentos terribles, como todo lo que Yahvé vuestro Dios hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros propios ojos? A ti se te ha concedido ver todo esto, para que sepas que Yahvé es el Dios y que no hay otro fuera de él.
Fiesta de Dios Padre: “El Padre de toda la humanidad”
A través de las meditaciones de los últimos días, hemos tenido la oportunidad de encontrarnos más de cerca con Dios Padre. A veces las experiencias negativas que hayamos podido tener en nuestra vida nos impiden reconocer la verdadera imagen de Dios, por ejemplo, si la relación con nuestro padre biológico ha sido más bien problemática. Sin embargo, uno no debe quedar atrapado en estas experiencias, sino que entonces se vuelve aún más necesario descubrir a Dios como nuestro amoroso Padre, capaz de sanar nuestras heridas y llenar consigo mismo cualquier vacío interior.
“EL ESPÍRITU DE FAMILIARIDAD”
«Quisiera que surja una gran confianza entre el hombre y su Padre del cielo, un verdadero espíritu de familiaridad y delicadeza al mismo tiempo, para que mi gran bondad no sea abusada» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).