“Inicio de la sabiduría es el temor del Señor” (Prov 1,7).
Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: “Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?” Jesús, conociendo en su interior que sus discípulos estaban murmurando de esto, les dijo: “¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El Espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen.” (Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.)