Evangelio de San Juan (Jn 4,16-26): Yo soy, el que está hablando contigo

Jesús dijo a la samaritana: “Vete, llama a tu marido y vuelve acá.” La mujer le dijo: “No tengo marido.” Jesús le respondió: “Bien has dicho que no tienes marido, porque has tenido cinco, y el que ahora tienes no es marido tuyo. En eso has dicho la verdad.” La mujer replicó: “Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén.” Jesús le contestó: “Créeme, mujer, que llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.

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