El Nacimiento del Hijo de Dios está a las puertas y nuestro corazón se prepara para unirse muy pronto al canto de júbilo de los ángeles…
En efecto, la alegría de los ángeles que anuncian el nacimiento del Salvador llena todo el orbe de la tierra (cf. Lc 2,8-14). Nadie hubiera podido imaginar que el Padre escogería este camino para venir en medio de los hombres. Nadie hubiera podido siquiera intuir que el amor de Dios se revelaría de este modo: en la venida del Salvador al mundo.