“Hijos míos, no os describiré toda la magnitud de mi infinito amor, porque basta con abrir los Libros Sagrados, contemplar el Crucifijo, el Sagrario y el Santísimo Sacramento, para poder comprender hasta qué punto os he amado” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Hay comunidades y parroquias en las que se adora con frecuencia el Santísimo Sacramento expuesto. Incluso hay lugares donde se practica la “adoración perpetua”. Ciertamente esto es una realización ya aquí en la Tierra de lo que haremos sin cesar y sin límites en la eternidad: adorar a la Santísima Trinidad. Si se lleva a cabo esta “adoración perpetua” las 24 horas del día y de la noche, ciertamente ésta fomenta la vigilante espera del Retorno del Señor y nos prepara para recibirlo.