“Anuncia el amor en la verdad. Sólo entonces será realmente sanador para las personas” (Palabra interior).
Estas palabras nos trazan claramente el camino a seguir. De hecho, es ésta la manera de actuar y de ser de nuestro Padre mismo. La verdad sin amor puede adoptar el carácter de una espada implacable, capaz de herir profundamente a las personas. El amor sin verdad, en cambio, pierde sus contornos y puede degenerar, por ejemplo, en una falsa misericordia, que engaña a las personas.