LA CLEMENCIA DE NUESTRO PADRE

“El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia” (Sal 102, 8).

Nuestro Padre es compasivo. 

De su plenitud, nos colma con todo aquello que tiene preparado para nosotros. Toda nuestra existencia es expresión de su amor, que se abaja a nosotros –seres humanos falibles y limitados– para elevarnos a Él. Nuestro Padre no nos creó porque nos necesitara. No, fue un acto libre del amor el llamar a sus criaturas a la vida, darles todo lo que necesitan para vivir y colmarlas consigo mismo.

leer más

Fieles hasta la muerte

Lc 9,23-26 (Evangelio correspondiente a la memoria de Santos Andrés Kim Taegon, Pablo Chong Hasang y compañeros mártires)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la multitud: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz cada día, y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, ése la salvará. Porque ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero si se destruye a sí mismo o se pierde? Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de él se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y en la del Padre y en la de los santos ángeles.”

leer más

Con la mirada puesta en la eternidad

Hb 10,32-36 (Lectura correspondiente a la memoria de San Genaro)

Acordaos de los días primeros, cuando, recién iluminados, tuvisteis que sostener una lucha grande y dolorosa: unas veces sometidos públicamente a calumnias y vejaciones, otras estrechamente unidos a los que así eran tratados. Pues compartisteis los sufrimientos de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más duradera. No perdáis, por tanto, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa: porque necesitáis paciencia para conseguir los bienes prometidos cumpliendo la voluntad de Dios.

leer más

LA ETERNA DESGRACIA

“Mi bondad y mi amor me hacen ver que aquellos seres que he sacado de la nada y que he adoptado como verdaderos hijos, están a punto de precipitarse en gran número a la eterna desgracia con los demonios” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Cuando amamos a nuestro Padre, compartimos también su preocupación y su dolor por las almas. A nadie le gusta hablar o pensar en el infierno. Sin embargo, si desterramos de nuestro anuncio esta realidad, como si el infierno no existiera o estuviera vacío –tal como dan a entender ciertas falsas doctrinas–, entonces no hemos entendido correctamente la seriedad de nuestra fe ni la justicia de Dios.

leer más

Dios quiere que todos los hombres se salven

1Tim 2,1-8

Ante todo, recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.

leer más

LA PALABRA DEL PADRE

“He manifestado tu nombre a los del mundo que me diste (…), y han guardado tu palabra” (Jn 17,6).

Para nuestro Señor es importante que lo acojamos como el Enviado del Padre y guardemos su Palabra, pues es la Palabra de nuestro Padre Celestial.

Los que cumplen esto están a salvo, porque, como nos dice el Señor en el evangelio “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mt 24,35). ¡Y así es!

leer más

Superar el rencor y la ira

Sir 27,30–28,7

Rencor e ira son abominables, el pecador está habituado a ambos. El vengativo sufrirá la venganza del Señor, que llevará cuenta exacta de sus pecados. Perdona la ofensa a tu prójimo, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados. Si un hombre alimenta la ira contra otro, ¿cómo puede esperar la curación del Señor? Si no se compadece de su semejante, ¿cómo pide perdón por sus propios pecados?

leer más

GRANDE ES EL AMOR

“Hijos predilectos de mi amor: ¡tengo grandes planes para vosotros!” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Nuestro Padre siempre proyecta grandes planes para nosotros, aunque su infinita paciencia también nos acompaña en los pasos más pequeños y aun en nuestros desvíos. Sí, Dios es tan fiel que incluso acompaña a aquellos que le han dado la espalda, buscando siempre guiarlos de regreso a casa.

leer más

Seguir la voz del Señor

Jn 17,6a.11b-19

Lectura correspondiente a la memoria de San Cornelio y Cipriano

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo: “Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.

leer más