“Todos los pueblos vienen a adorarte y rinden gloria a tu Nombre, porque Tú eres el Dios santo, vivo, veraz y bondadoso”(Himno de Alabanza a la Santísima Trinidad).
Así debería ser y así será, una vez que las tinieblas hayan sido separadas de la luz y nuestro Padre haya restablecido definivitamente el orden del amor en el caos surgido a consecuencia del pecado.