“Alabado seas, Padre eterno, Dios santo, fuerte y vivo. No hay nadie como Tú y nada se compara a las obras que Tú has creado” (Himno de Alabanza a la Santísima Trinidad).
El Himno de Alabanza a la Santísima Trinidad, cuya primera frase acabamos de escuchar, surgió después de que alguien me preguntó cuál podría ser un buen inicio para nuestro tiempo de oración en silencio en la mañana, que es lo primero que hacemos en nuestra comunidad temprano en la madrugada.