“Sólo Yo soy el juez, pues sé y veo todo.” (Palabra interior).
Estas palabras nos ayudan a recordar que, en todas las situaciones de nuestra vida, al fin y al cabo, es a nuestro Padre a quien hemos de rendir cuentas.
“Sólo Yo soy el juez, pues sé y veo todo.” (Palabra interior).
Estas palabras nos ayudan a recordar que, en todas las situaciones de nuestra vida, al fin y al cabo, es a nuestro Padre a quien hemos de rendir cuentas.
Rm 11,33-35
¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de ciencia hay en Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos! En efecto, ¿quién conoció el pensamiento del Señor?; ¿quién fue su consejero?; ¿quién le dio primero, que tenga derecho a la recompensa? Porque todas las cosas provienen de él, y son por él y para él. ¡A él la gloria por los siglos! Amén.