“Jesús dijo: ‘Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti’” (Jn 17,1b).
Así como el Padre quiere ser glorificado a través del Hijo, también quiere Él mismo glorificar al Hijo:
“Glorifícame Tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera” (Jn 17,5).
Jesús pide ahora al Padre que también su humanidad sea glorificada con toda la gloria que poseía desde la eternidad como Dios, para que los hombres reconozcan a Aquel que lo envió, a Aquel en cuyo Nombre habla y cuyas obras realiza, a Aquel cuya gloria procura…