“No temáis, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino” (Lc 12,32).
El pequeño rebaño… Son aquellos que permanecen fieles al Padre aun en medio de la tribulación. Aunque surjan persecuciones porque el mundo rechaza el Evangelio, aunque la confusión penetre incluso en la Iglesia, aunque se ciernan sobre la humanidad plagas apocalípticas y los poderes anticristianos pretendan dominar el mundo, nuestro Padre preservará a los suyos.