“Vuestra medida no son las sombras; sino el fuego de mi amor” (Palabra interior).
Sin duda vivimos en tiempos muy marcados por la sombra espiritual que se cierne sobre el mundo. Pero esta sombra no debe enturbiarnos ni convertirse en la medida de nuestra vida, aunque aumente día tras día. Una y otra vez nuestro Padre Celestial nos exhorta a elevar nuestros ojos a Él y nos da a entender que su respuesta al creciente alejamiento del hombre será un amor más grande aún, con el fin de salvarlo.