UN CORAZÓN CONTRITO 

“Un corazón contrito y humillado tú no lo desprecias, Señor” (Sal 50,19).

Un corazón contrito es un gran tesoro para nuestro Padre. Un corazón contrito ha dejado de lado toda defensa propia y ha adquirido una profunda conciencia de los abismos que aún hay en él. Ha descubierto que, por sí mismo, no sería capaz de hacer el bien, y que su inclinación al mal prevalecería si quedara a merced de sí mismo y no contara con la gracia. Esta conciencia sacude al alma, haciéndola dispuesta a arrojarse por completo en los brazos de Dios, sin vanidades ni condiciones. Por eso, un corazón contrito es un tesoro para el Padre.

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La verdadera unidad

Is 56,1-3a.6-8

Esto dice el Señor: “Observad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar, y mi justicia se va a manifestar. Dichoso el hombre que obra así, el mortal que persevera en esto, que observa el sábado sin profanarlo y preserva su mano de obrar el mal. El extranjero que se ha unido al Señor no diga: ‘El Señor me excluirá ciertamente de su pueblo’. leer más

 “ADÁN, ¿DÓNDE ESTÁS?” (Parte II) 

La angustiada búsqueda del Padre Celestial por nosotros continúa desde que el hombre perdió la unión con Dios de la que gozaba en el Paraíso. Cada vez que el hombre se descarrila, cada vez que se aparta del “manantial de aguas vivas, para hacerse cisternas agrietadas” (Jer 2,13), escuchamos en el fondo el llamado del Padre:

“Adán, ¿dónde estás?” (Gen 3,9b).

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Mi amor no se apartará de ti

Is 54,1-10

Alégrate, estéril, que no dabas a luz, prorrumpe en gritos de júbilo, tú que no habías concebido; pues tiene más hijos la abandonada que la casada, dice el Señor. Ensancha el espacio de tu tienda, despliega los toldos de tu morada, no te detengas; alarga tus sogas, tus clavijas asegura; pues te abrirás al sur y al norte, tu prole heredará naciones y ciudades desoladas poblará. leer más

“¿QUIÉN SE DA CUENTA DE SUS YERROS?” 

“¿Quién se da cuenta de sus yerros? De las faltas ocultas límpiame” (Sal 19,13).

Con sincero conocimiento de sí mismo, el salmista se dirige confiadamente al Padre Celestial, sabiendo bien con qué facilidad el hombre permanece atrapado en un autoengaño: “¿Quién se da cuenta de sus yerros?” Quiere asegurarse de que nada se interponga entre Él y su Dios, y nos da así un ejemplo de cómo podemos orar: “De las faltas límpiame”.

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El camino místico

Lc 14,25-33 (Lectura correspondiente a la memoria de San Juan de la Cruz)

En aquel tiempo, caminaba Jesús acompañado de mucha gente. Entonces se volvió y les dijo: “Si alguno viene a mí y no odia a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

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CUÁN DULCE ES VIVIR EN LA VERDAD 

“Vosotros, que estáis en la verdadera luz, decidles cuán dulce es vivir en la verdad” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Nuestro Padre tiene siempre en mente la salvación de todos los hombres, que están llamados a vivir de tal manera que se cumpla a plenitud el sentido de su existencia y experimenten “cuán dulce es vivir en la verdad”. Por eso, no es de sorprender que nuestro Padre anime a los suyos a transmitir la verdad a los demás, especialmente a aquellos que aún están atrapados en las tinieblas.

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ADVIENTO EN TIEMPOS APOCALÍPTICOS (IV): Las sombras sobre la Santa Iglesia

NOTA: Retomamos hoy la serie sobre “Adviento en tiempos apocalípticos”. Si alguien prefiere escuchar una meditación sobre la lectura o el evangelio del día, puede encontrarla en el siguiente enlace: http://es.elijamission.net/la-cuestion-de-la-autoridad/ 

En las meditaciones del 9 y 10 de diciembre, nos habíamos enfocado en la oscuridad que vemos a nuestro alrededor. Aunque se trata sin duda de densas tinieblas, éstas no deben llevarnos a la rendición, a una actitud fatalista, como si no pudiéramos defendernos de ellas. También debemos tener en claro que, detrás de toda la oscuridad del alejamiento de Dios, están los poderes de las tinieblas, que quieren apartar a los hombres del camino del Señor o, al menos, dificultárselo.

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