«Yo vivo [con los hombres] en una intimidad aun más profunda que una madre con sus hijos» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Para la mayoría de las personas, la conexión interior de una madre con sus hijos es el gran ejemplo de un amor tierno y abnegado que resplandece en la vida humana. Si esta relación tan íntima no se ve perturbada y respira el espíritu de la libertad, es un regalo en el que todos pueden deleitarse.
Nuestro Padre Celestial recurre a este ejemplo para mostrarnos hasta dónde llega su unión con nosotros. Llama la atención que el Padre afirme que esta unión es «aun más profunda que la de una madre con sus hijos». Acto seguido, explica en qué consiste esta intimidad: «Desde la creación del hombre, ni un solo instante he dejado de estar cerca de él».
A continuación, sigue explicando lo que significa todo esto, y queda claro que el amor de nuestro Padre es insuperable y que su preocupación por nosotros es tan delicada que incluso el valioso amor de una madre y su íntima conexión con su hijo son solo un primer y exquisito anticipo de la profunda relación que nuestro Padre cultiva con todos los hombres.
¿Por qué nuestro Padre nos dice todo esto? Incluso podríamos preguntarnos: ¿por qué tiene que decírnoslo?
Lo dice por amor y porque aún no conocemos lo suficiente ese amor. A menudo tenemos una imagen errónea de Él y no confiamos como deberíamos. Sin embargo, el deseo del Padre es que surja «una gran confianza entre el hombre y su Padre del cielo, un verdadero espíritu de familiaridad y delicadeza al mismo tiempo».
El ejemplo de la conexión interior entre una madre y su hijo puede ayudarnos a reconocer que, si el tierno amor maternal ya hace tan feliz al niño, ¡cuánto más el amor de nuestro Padre celestial, que llama a todos los hombres a vivir en unión con Él como sus hijos amados! ¿No es esta la fuente inagotable de felicidad para nosotros?