TU PADRE VE EN LO SECRETO

«Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,6).

El Señor pronuncia estas palabras en relación con su recomendación de orar y dar limosna en lo secreto.

Nuestro Padre se complace en que hagamos el bien en lo escondido, sin buscar llamar la atención de los demás. Ciertamente, existen obras que deben realizarse públicamente para que Dios sea alabado y reconocido en ellas (cf. Mt 5,16). Pero el Señor no se refiere a éstas, sino a aquellas que alcanzan su mayor fecundidad cuando se realizan en lo escondido para Dios.

Es muy hermoso compartir ciertos secretos exclusivamente con el Padre, secretos de amor que solo Él y nosotros conocemos. Estos perderían su esplendor si los diéramos a conocer para cosechar nuestra propia gloria y recibir así nuestra recompensa. ¡Cuántas obras que el mundo ignora y que solo Dios conoce producen abundante fruto! Se dice que, tras la muerte de Santa Teresita del Niño Jesús, una de las monjas del convento se preguntó sorprendida qué había tenido de especial aquella religiosa. Desconocía todo el diálogo y la intimidad que se había desplegado en lo secreto entre el Señor y esta joven carmelita.

¡Cuántos discípulos del Señor habrán hecho sacrificios en lo secreto y con la mirada puesta en el Padre, ofreciéndolos, por ejemplo, por la conversión de los hombres, sin que nadie lo supiera!

A veces salen a la luz tales cosas, quizá para avivar el celo de otros y hacerles tomar conciencia de que cada obra realizada en lo secreto por amor a Dios produce grandes frutos.

Alabemos públicamente al Señor y realicemos sus obras de tal manera que los hombres reconozcan su bondad. Pero permanezcamos en lo secreto con muchas cosas que solo el Padre conoce.