“PERSEVERAR EN EL CAMINO”

 

«No se recompensa el comienzo, sino solo la perseverancia» (Santa Catalina de Siena).

Hay un proverbio muy fuerte que dice: «El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones». Es una seria advertencia para no desfallecer en el buen camino que se ha emprendido o se quiere emprender. La Sagrada Escritura también nos dirige amonestaciones similares, con diferentes formulaciones. Siempre se trata de exhortarnos a la perseverancia y la constancia en el camino de Dios.

Sin duda, nuestro Padre viene en nuestro auxilio y los dones del Espíritu Santo, especialmente el de fortaleza, quieren consolidarnos en nuestro camino, aun más allá de lo que podría lograr la virtud de la fortaleza. Sin embargo, esta última hay que aspirarla con la ayuda del Espíritu Santo y la iremos adquiriendo con pequeños pasos.

Hay algunas almas que, movidas por una gracia concreta que influye en sus sentimientos, pueden y quieren dar ciertos pasos, pero luego se asustan ante las consecuencias que éstos puedan tener y tienden a retroceder.

Si notamos en nosotros tales tendencias que nos impiden seguir adelante en nuestro camino o nos llevan a descuidarlo una y otra vez, hemos de percibirlas e intentar superarlas con la ayuda de Dios. Con cada paso, por pequeño que sea, nos vamos consolidando interiormente y aprendemos la perseverancia de la que habla Santa Catalina de Siena en la frase de hoy. Así maduramos en el camino de seguimiento de Cristo y nos resultará más fácil el próximo paso, que nuevamente nos fortalecerá.

Nuestro Padre conoce muy bien nuestra debilidad y quiere apoyarnos y animarnos. Pero también es importante que no eludamos nuestra responsabilidad y que volvamos a intentarlo una y otra vez si hemos sido débiles. Con la gracia de Dios, alcanzaremos nuestra meta. Aunque no logremos grandiosas victorias, nuestro Padre quiere vernos como luchadores. En su bondad, nos lo acreditará como mérito en el camino hacia Él.